Fahrenheit 451
by
Nietzscheana
- noviembre 11, 2010
4.48 psicosis de Sara Kane
by
Nietzscheana
- noviembre 10, 2010
- Viste lo peor de mí.
- Sí.
- Yo no se nada de ti.
- No.
- Pero me gustas.
- Tú me gustas.
(Silencio.)
- Eres mi última esperanza
(Un largo silencio.)
- No necesitas un amigo necesitas un medico.
(Un largo silencio.)
- Estas tan equivocado.
(Un largo silencio.)
- Sí.
- Yo no se nada de ti.
- No.
- Pero me gustas.
- Tú me gustas.
(Silencio.)
- Eres mi última esperanza
(Un largo silencio.)
- No necesitas un amigo necesitas un medico.
(Un largo silencio.)
- Estas tan equivocado.
(Un largo silencio.)
4.48 psicosis
by
Nietzscheana
- noviembre 10, 2010
Estoy triste
Siento que el futuro no tiene esperanza y que las cosas no pueden mejorar
Me aburre todo y nada me satisface
Como persona soy un rotundo fracaso
Soy culpable, se me esta castigando
Me gustaría matarme
Antes podía llorar pero ahora estoy más allá de lágrimas
He perdido el interés en los demás
No puedo tomar decisiones
No puedo comer
No puedo dormir
No puedo pensar
No puedo sobrellevar mi soledad, mi miedo, mi asco
[...]
No puedo escribir
No puedo amar
Mi hermano se muere, mi amante se muere, lo estoy matando a ambos
Voy como una tromba hacia mi muerte
Me aterra la medicación
No puedo hacer el amor
No puedo culiar
No puedo estar sola
No puedo estar con otros
[...]
A las 4.48
Cuando la desesperación visita
Habré de colgarme
[...]
No quiero morir
Mi mortalidad me deprimió tanto que he decido cometer suicidio
No quiero vivir
[...]
Me he resignado a la muerte este año
Algunos llamaran a esto autoindulgencia
(Tienen suerte de no conocer su veracidad)
Algunos conocerán el simple hecho del dolor
Esto se esta volviendo mi normalidad
Jamás en la vida tuve problemas en darle a otro lo que quería. Pero nadie ha podido jamás hacer eso por mí. Nadie me toca, nadie se me acerca. Pero ahora me tocaste en algún lugar tan profundo que no lo puedo creer y no puedo ser eso para ti. Porque no te encuentro.
- No hay una sola droga en la tierra que pueda hacer que la vida tenga sentido.
- Tú permites este estado de desesperado absurdo.
(Silencio.)
OK, hagámoslo, vamos con las drogas, vamos con la lobotomía química, apaguemos las funciones elevadas de mi cerebro y a lo mejor así soy un poquito mas capaz de vivir.
Hagámoslo.
Siento que el futuro no tiene esperanza y que las cosas no pueden mejorar
Me aburre todo y nada me satisface
Como persona soy un rotundo fracaso
Soy culpable, se me esta castigando
Me gustaría matarme
Antes podía llorar pero ahora estoy más allá de lágrimas
He perdido el interés en los demás
No puedo tomar decisiones
No puedo comer
No puedo dormir
No puedo pensar
No puedo sobrellevar mi soledad, mi miedo, mi asco
[...]
No puedo escribir
No puedo amar
Mi hermano se muere, mi amante se muere, lo estoy matando a ambos
Voy como una tromba hacia mi muerte
Me aterra la medicación
No puedo hacer el amor
No puedo culiar
No puedo estar sola
No puedo estar con otros
[...]
A las 4.48
Cuando la desesperación visita
Habré de colgarme
[...]
No quiero morir
Mi mortalidad me deprimió tanto que he decido cometer suicidio
No quiero vivir
[...]
Me he resignado a la muerte este año
Algunos llamaran a esto autoindulgencia
(Tienen suerte de no conocer su veracidad)
Algunos conocerán el simple hecho del dolor
Esto se esta volviendo mi normalidad
Jamás en la vida tuve problemas en darle a otro lo que quería. Pero nadie ha podido jamás hacer eso por mí. Nadie me toca, nadie se me acerca. Pero ahora me tocaste en algún lugar tan profundo que no lo puedo creer y no puedo ser eso para ti. Porque no te encuentro.
- No hay una sola droga en la tierra que pueda hacer que la vida tenga sentido.
- Tú permites este estado de desesperado absurdo.
(Silencio.)
OK, hagámoslo, vamos con las drogas, vamos con la lobotomía química, apaguemos las funciones elevadas de mi cerebro y a lo mejor así soy un poquito mas capaz de vivir.
Hagámoslo.
Nick Cave
by
Nietzscheana
- noviembre 10, 2010
Curiosidades
by
Nietzscheana
- noviembre 06, 2010
Besos según dónde:
En Oceanía, más en concreto en algunas zonas de la Polinesia, la manera de saludar es muy similar a la de los esquimales. Las chicas nunca besan a sus amantes en la boca, y en su lugar pegan la nariz a las de su pareja y aspiran durante unos instantes.
Costumbres más extrañas encontramos en África, donde en el norte de Malawi, el pueblo de los Ngá, se saludan sacudiendo el miembro viril del contrario, en dos sacudidas, o incluso tres si son familiares, si se dan más, puede incitar a opiniones homofóbicas. Las mujeres se dan apretones en los pechos, igualmente clasificadas.
Cuando se saludan hombres y mujeres el intercambio entre sacudidas es similar, y en caso de llegar hasta cuatro, significa que hay un interés el uno por el otro. Esta singular forma de saludo viene de la creencia del algunas tribus que consideran un peligro besarse pues en la antigüedad creían que el alma se les podía escapar por la boca.
En el extremo opuesto de tanta familiaridad se encuentran los asiáticos. En China y Japón no se tocan para nada. Los japonenses saludan inclinando la cabeza, y dependiendo del respeto que se tengan la inclinación será mayor. Los besos apasionados se dan en el cuello o en las manos, pero nunca en los labios, ya que según las tradiciones el beso es una forma de dar y recibir energía espiritual.
En Oceanía, más en concreto en algunas zonas de la Polinesia, la manera de saludar es muy similar a la de los esquimales. Las chicas nunca besan a sus amantes en la boca, y en su lugar pegan la nariz a las de su pareja y aspiran durante unos instantes.
Costumbres más extrañas encontramos en África, donde en el norte de Malawi, el pueblo de los Ngá, se saludan sacudiendo el miembro viril del contrario, en dos sacudidas, o incluso tres si son familiares, si se dan más, puede incitar a opiniones homofóbicas. Las mujeres se dan apretones en los pechos, igualmente clasificadas.
Cuando se saludan hombres y mujeres el intercambio entre sacudidas es similar, y en caso de llegar hasta cuatro, significa que hay un interés el uno por el otro. Esta singular forma de saludo viene de la creencia del algunas tribus que consideran un peligro besarse pues en la antigüedad creían que el alma se les podía escapar por la boca.
En el extremo opuesto de tanta familiaridad se encuentran los asiáticos. En China y Japón no se tocan para nada. Los japonenses saludan inclinando la cabeza, y dependiendo del respeto que se tengan la inclinación será mayor. Los besos apasionados se dan en el cuello o en las manos, pero nunca en los labios, ya que según las tradiciones el beso es una forma de dar y recibir energía espiritual.
Quintero
by
Nietzscheana
- noviembre 05, 2010
Quintero
by
Nietzscheana
- noviembre 05, 2010
Quintero
by
Nietzscheana
- noviembre 05, 2010
Pessoa
by
Nietzscheana
- noviembre 05, 2010
"¡Dichosos los creadores de sistemas pesimistas! No sólo se defienden por haber hecho cualquier cosa, sino que también se alegran con la explicación y se incluyen en el dolor universal. Yo no me quejo por el mundo. No protesto en nombre del universo. [...]Yo no soy pesimista, soy triste"
"Siempre rechacé que me comprendieran. Ser comprendido es prostituirse."
“Nunca amamos a nadie. Amamos, tan solamente, a la idea que nos hacemos de alguien. Es a un concepto nuestro —en suma a nosotros mismos— a lo que amamos”.
"Siempre rechacé que me comprendieran. Ser comprendido es prostituirse."
“Nunca amamos a nadie. Amamos, tan solamente, a la idea que nos hacemos de alguien. Es a un concepto nuestro —en suma a nosotros mismos— a lo que amamos”.
Pessoa
by
Nietzscheana
- noviembre 05, 2010
La única actitud digna de un hombre superior es el persistir tenaz en una actividad que se reconoce inútil, el hábito de una disciplina que se sabe estéril, y el uso fijo de normas de pensamiento filosófico y metafísico cuya importancia se siente como nula.
Pessoa
by
Nietzscheana
- noviembre 05, 2010
La soledad me desola; la compañía me oprime. La presencia de otra persona me desorienta los pensamientos; sueño su presencia con una distracción especial, que toda mi atención analítica no consigue definir.
El aislamiento me talló a su imagen y semejanza. La presencia de otra persona –basta una sola persona- me retrasa de inmediato el pensamiento y, mientras que en el hombre normal el contacto con los otros es un estímulo para la expresión y para la palabra, en mí ese contacto es un contra-estímulo, si es que esta palabra compuesta es viable en el marco del lenguaje. Soy capaz, a solas conmigo mismo, de idear innumerables dichos, respuestas rápidas a lo que nadie preguntó, fulguraciones de una sociabilidad inteligente con ninguna persona; pero todo eso se me desvanece si estoy ante otro físico, pierdo la inteligencia, dejo de poder hablar, y, al cabo de unos cuartos de hora, sólo siento sueño. Sí, hablar con la gente me da ganas de dormir. Sólo mis amigos espectrales e imaginados, sólo mis conversaciones sucedidas en sueños , tienen una verdadera realidad y una relevancia justa, y en ellos el espíritu está presente como una imagen en el espejo.
Me apesadumbra, por otra parte, la sola idea de ser forzado a un contacto con otro. Una simple invitación para cenar con un amigo me produce una angustia difícil de definir. La idea de una obligación social cualquiera –ir a un entierro, tratar con alguien de algo de la oficina, ir a esperar a la estación a una persona, conocida o desconocida-, sólo esa idea me perturba los pensamientos de todo un día, y a veces empiezo a preocuparme desde la misma víspera, y duermo mal, y el caso real, cuando ha pasado, es absolutamente insignificante, no justifica nada; y el caso se repite y yo no aprendo nunca a aprender.
“Mis hábitos son los de la soledad, no los de los hombres”; no sé si fue Rousseau, si Senancour, quien dijo esto. Pero fue algún espíritu de mi especie –no podré quizás decir que de mi raza
Pessoa, El libro del desasosiego
El aislamiento me talló a su imagen y semejanza. La presencia de otra persona –basta una sola persona- me retrasa de inmediato el pensamiento y, mientras que en el hombre normal el contacto con los otros es un estímulo para la expresión y para la palabra, en mí ese contacto es un contra-estímulo, si es que esta palabra compuesta es viable en el marco del lenguaje. Soy capaz, a solas conmigo mismo, de idear innumerables dichos, respuestas rápidas a lo que nadie preguntó, fulguraciones de una sociabilidad inteligente con ninguna persona; pero todo eso se me desvanece si estoy ante otro físico, pierdo la inteligencia, dejo de poder hablar, y, al cabo de unos cuartos de hora, sólo siento sueño. Sí, hablar con la gente me da ganas de dormir. Sólo mis amigos espectrales e imaginados, sólo mis conversaciones sucedidas en sueños , tienen una verdadera realidad y una relevancia justa, y en ellos el espíritu está presente como una imagen en el espejo.
Me apesadumbra, por otra parte, la sola idea de ser forzado a un contacto con otro. Una simple invitación para cenar con un amigo me produce una angustia difícil de definir. La idea de una obligación social cualquiera –ir a un entierro, tratar con alguien de algo de la oficina, ir a esperar a la estación a una persona, conocida o desconocida-, sólo esa idea me perturba los pensamientos de todo un día, y a veces empiezo a preocuparme desde la misma víspera, y duermo mal, y el caso real, cuando ha pasado, es absolutamente insignificante, no justifica nada; y el caso se repite y yo no aprendo nunca a aprender.
“Mis hábitos son los de la soledad, no los de los hombres”; no sé si fue Rousseau, si Senancour, quien dijo esto. Pero fue algún espíritu de mi especie –no podré quizás decir que de mi raza
Pessoa, El libro del desasosiego