El hombre de mundo

by - enero 17, 2009

No amé al mundo, ni el mundo me quiso a mí
No adulé sus jerarquías, ni incliné
paciente rodilla a sus idolatrías.
No he forzado sonrisas en mis mejillas, ni gritado
adorando un eco; entre la multitud
no me contaron como uno más.
Estaba con ellos, pero no era de ellos.
Estuve y estaré solo, recordado u olvidado.
Childe Harold, canto III, CXIII

Hay momentos -intervalos deslumbrantes- en que parecemos elevarnos por encima de nustra circunstancia; y esos momentos suceden cuando un acceso de sentimiento apasionado eleva e intensifica nuestra autoconsciencia. El gran objetivo de la vida es sentir, sentir que existimos, aunque sea a través del dolor.
Byron

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