de palabras

by - junio 20, 2009

Querida Lisa, hubo una vez que hablé contigo por teléfono más de una hora sin percibirme de que habías colgado. Fue desde el teléfono público de la calle Bucareli, en la esquina del Reloj Chino. Ahora estoy en un bar de la costa catalana, me duele la garganta y tengo poco dinero. La italiana dijo que regresaba a Milán a trabajar, aunque se cansara. No sé si citaba a Pavese o realmente no tenía ganas de volver.
Creo que le pediré al enfermero del camping algún antibiótico. La escena se disgrega geométricamente.
Aparece una playa solitaria a las ocho de la noche, altos cirros anaranjados; a lo lejos caminan, en dirección contraria al que observa, un grupo de cinco personas en fila india. El viento levanta una cortina de arena y los cubre.
Amberes.-Roberto Bolaño

Estimado señor:
¿Ha señalado alguno de sus lectores la escasez de mariposas este año?
En esta región habitualmente prolífica casi no las he visto, a excepción de algunos ejambres de papilios.
Desde marzo sólo he observado hasta ahora un Cigeno, ninguna Etérea, muy pocas Teclas, una Quelonia, ninguna Ojo de Pavorreal, ninguna Catocala, y ni siquiera un Almirante Rojo en mi jardín, que el verano pasado estaba lleno de mariposas.
Me pregunto si esta escasez es general, y en caso afirmativo, ¿a qué se debe?
M. Waslibourn

Cortázar RAYUELA

Yo, juguete de pupilas giratorias, he conseguido el permiso psykista para disfrutar de un paseo en compañia de Herr Doktor Sieg, de nuestra enfermera Joan la Terrible, y de varios "pacientes", en el bosque de pinos vecino. En éste he visto, querido Van, exactamente las mismas ardillas con aspecto de mofeta que tu abuela Azuloscuro importó en el parque de Ardis, por el que algún día, sin duda, te pasearás. Las agujas de un reloj de pared, aun cuando no funcione bien, deben saber, y hacer saber al más tonto de los relojitos de pulsera, dónde se encuentran. De no ser así, ya no hay reloj, ya no hay cuadrante; no hay mas que una cara en blanco con unos falsos bigotes. Igualmente, tchelovek (el ser humano) debe saber dónde está y hacérselo saber a los demás; y, de no ser así, no es no siquiera klok (pedazo) de tchelovek; no es ya un él, ni una ella, no es sino "una pieza de nada" como decía tu pobre ama Ruby, mi pequeño Van, cuando hablaba de su seno derecho estéril. Yo pobre Princesse lointaine, très lointaine ya no sé dónde estoy: así pués, es necesario que desaparezca. Así pués, adieu, querido, hijo mío querido, y adiós pobre Demon. No conozco ni la fecha ni la estación, pero es un día razonablemente bello, y, sin duda, e sazón, con una gran cantidad de gentiles hormiguitas que hacen cola para probar mis lindas píldoras.

Firmado:
La hermana de mi hermana, que "teper'iz" ada (ahora ha salido del infierno)

ADA O EL ARDOR, VLADIMIR NABOKOV

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