lo bueno y lo malo
Lo bueno, que evidentemente nadie me lee, así que puedo decir lo que quiera.
La malo....que resulta absurdo porque no me pienso releer y hacer esto, por no poder dormir....carece de sentido.
Han pasado cuatro años. Debería haberme ido a vivir a otra ciudad, que es lo que quería pero me falta un año para poder hacer el maldito C.A.P., vamos, perder el tiempo. Lo que no quiero: que me toque dar las clases de Kant a los de bachiller. ¡Que me toque Nietzsche! Cuatro meses para eso, para dar clases de algo que es genial a gente a la que no le interesa. Defendí vivir sola y lo conseguí, pero a veces pesa. Vaya, acabar filosofía, que tragedía. La haría otra vez.
Todos los hippies y los perros en la puerta fumando porros. El descaro y las ganas de discutir todo. Los conflictos políticos en clase. Las discusiones religiosas. La visita a la Nueva Acropolis en donde, se supone, daban una charla sobre Sócrates y Manolo pedía encarecidamente las críticas de Nietzsche. Normal, al final nos echaron muy amablemente.
El jugar con Keila a contar cuantos no se (o no nos) peinaban (peinabamos) en clase. Todos los suicidas, depresivos y esquizofrenicos geniales de clase. Las discusiones con los profesores porque no podían obligarme a hablar en público, aún cuando ya me daba igual. Las clases de Nietzsche y Zubiri. Las clases de alémán. Vivir en Alemania un mes. Jaime gritando poemas de Baudelaire en francés. Pablo y sus despistes. ........
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