Patafísica!

by - noviembre 24, 2008

Me he cambiado de bando. Prefiero la patafísica a la metafísica. ¿Para qué Aristóteles pudiendo confiar en el surrealismo? Aún y sobre todo ultimamente confió en el Mayo del 68, tal vez más que nunca. Confio en la vuelta de Sartre discutiendo en plena calle, confio en Eros y Civilización de Marcuse, aún cuando nunca jamás, seguramente, vuelva a ser el libro más leído del momento como en aquella primavera francesa, confio en las 40 horas de silencio y marcha protesta....
Bien Aristóteles, el primer motor inmovil estaba bien pero seamos realistas: permitiste llegar a este momento, ahora debe empezar la imaginación como contestación a las cuestiones básicas. Esto es patafísica, reivindicar un Mayo francés ante la incomprensión del mundo que se había vuelto anormal. Todo debía hacerse Dadá.
Dejo un ejemplo de las grandes obras que nos deja la patafísica:

Brfxxccxxmnpcccclllmmnprxvclmnckssqlbb11116 (pronunciado «Albin») fue el nombre que intentaron poner, en mayo de 1996, los padres de un niño sueco, quien había nacido en 1991.La intención era en protesta de la ley sueca de nombres (Namnlag [1982:670]), la cual rezaba que «Los nombres de pila no serán aprobados si se consideran ofensivos o incómodos para el que lo usa, o nombres que por razones obvias no fueran aptos como nombres de pila».
Los padres –Elizabeth Hallin y Lasse Diding– habían planificado no registrar legalmente el nombre de su hijo, pero una corte del distrito de Halmstad, al sur de Suecia, les multó con 5.000 coronas suecas(unos 550 €), por no cumplir con la obligación de registrar el nombre del niño antes del quinto aniversario de su nacimiento. Como respuesta a la decisión judicial, los padres enviaron un nombre de 43 caracteres, incluidos 5 dígitos y afirmaban que correspondía a una vivencia ocurrida durante el embarazo: «Un desarrollo expresionista que visionamos como una creación artística». Los padres sugirieron que el nombre debía ser entendido en el espíritu de la patafísica. La corte rechazó el nombre y mantuvo la multa.
Entonces, los padres trataron de cambiar el nombre a «A» (también pronunciado «Albin») en lugar de Brfxxccxxmnpcccclllmmnprxvclmnckssqlbb11116. De nuevo, la corte no aprobó las ideas de los padres para la atribución del nombre, ya que en Suecia está prohibido tener un nombre de una sola letra.
En su primer pasaporte, el niño fue llamado «Icke namngivet gossebarn», que significa «pequeño niño sin nombre».

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